Ruta del canal por Nicaragua |
Por: José Dídimo Escobar Samaniego.
Cuando en Panamá hace un año y medio se realizó un abordaje al barco Nortecoreano Chong Chon Gang, por la fiscalía de Drogas, Servicio Aero Naval y Fronterizos, en una operación coordinada con los organismos de inteligencia de los Estados Unidos de América, a cuyo mando estaba el presidente de la República Ricardo Martinelli, caso insólito e inexplicable racionalmente, no teníamos en ese momento la precisión del alcance de semejante torpeza y estupidez del irracional acto.
Explicable sólo, como asumir la ejecución de una tarea de la cual sacar algún grado de “provecho” o favor por servicios de “lealtad” prestados, nos llevaron a los panameños a concurrir en un error fatal, a exponernos a violar por nosotros mismos la neutralidad del Canal, y de paso servirle en nuestro territorio a una potencia que tiene entablado un conflicto con Corea del Norte desde hace 64 años.
Confesó el exministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, que la misión se hizo después de recibir información de inteligencia, de Estados Unidos, sobre el tránsito “sospechoso” del barco norcoreano, lo cual llevó a las autoridades panameñas a realizar el abordaje el 10 de julio a ocho millas al norte del rompeolas de Colón y durante tres días de inspección y acoso a la tripulación y al capitán del barco, hecho insólito y sin fundamento legal por parte de Panamá, que expuso al peligro; el servicio neutral del Canal.
En esa “Operación” en donde asaltamos ese barco, con nuestro “Presidente” al Frente, se utilizó burdamente un pretexto de que en el barco se había fletado desde Cuba, un Gran Cargamento de Droga, que nunca se encontró, a lo que Pyongyang, exigió la liberación "sin demora" del buque y sus 35 tripulantes, defendió la legalidad del envío de un avión de guerra viejo para su reparación aludiendo a un "contrato legítimo" con Cuba.
El buque norcoreano "Chong Chon Gang" permaneció bajo investigación desde julio de 2013 y su tripulación presa. Las 10.000 toneladas de azúcar, dicen que las guardaron en algún silo del IMA, y ahora no se sabe de ellas, pero todo estos detalles que conforman una perfecta chambonada y autofagia, fueron determinantes para la decisión China de Construir un Canal por Nicaragua, que acaba de iniciarse su obra de construcción y que se establece como una competencia que atenta contra la competitividad de nuestro Canal muy a pesar de la ampliación que aún no acabamos.
Es entendible, que si no podemos actuar con un servicio neutral y utilizamos el paso del Canal como una garita de seguridad de los intereses de seguridad de los Estados Unidos en detrimento de nuestros Propios Intereses de Seguridad Nacional, tendríamos que asumir el costo de entrometernos en conflictos que no nos pertenecen, pero a los cuales hemos entrado por causa del servilismo y el arrastramiento, buscando acaso un respaldo político en medio de acciones sostenidas de latrocinio público y el desmantelamiento de las instituciones democráticas del país. Algo así como: “un favor para encubrir el desman”.El Gran Canal Chino por Nicaragua, ha dejado de ser una mera especulación, para convertirse en una amenaza a la principal empresa de los panameños, por causa de nuestro comportamiento de traición a nuestros mas caros intereses, por un gobierno que con tal de ganarse el favor de los Norteamericanos, no ahorró ni dignidad, ni cautela y nos introdujo en el carril de la desconfianza del resto de los usuarios del Canal.
No albergo la más mínima duda, que construido el Canal por Nicaragua, los buques norteamericanos, abandonarán la travesía nuestra, dado que el tránsito de Este a Oeste y Viceversa de los Estados Unidos se ahorrarían por lo menos tres días de navegación y sus consecuentes costos y su lealtad, como es sabido, es esencialmente con su caja registradora.
Así las cosas, queda claro que lo que el Pueblo panameño logró con mucho empeño, a cuya cabeza estuvo el General Torrijos, hoy la oligarquía rastrera y entreguista lo ha tirado por la borda por medio de la estupidez del Régimen corrupto reciente, que nos ha agraviado grave y profundamente.
Nos queda restaurar en lo posible la confianza perdida, restaurar el concepto de neutralidad en el servicio público internacional que brindamos y eventualmente acometer las obras necesarias y la eficiencia que nos haga competitivos, y dentro de esa línea convertir el Canal de Panamá en una empresa en donde; el país entero, debidamente representado y no solo los rabiblancos, sean los que tomen las graves decisiones.
Sea esta, la oportunidad propicia además, para desearles que el Jesús del Pesebre, El Cristo de La Gloria, renazca en cada corazón nuestro y que llenos de Él, deseemos profundamente lo que más le grada a Él; ¡Justicia!
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