Camilo en la puerta del Banco |
Yo no soy un delincuente por el simple hecho de ser diferente.
El Banco Universal me ha tratado como un delincuente.
Soy Camilo Barnett, panameño,cédula 8-334-346, miembro de la Comunidad Rastafari de Panamá. Laboro en la multinacional Dell como Supervisor en el Departamento de Prevención de Fraude.
El lunes 28 de julio, recibí una llamada a las 11.42 am de una representante del Banco Universal, para informarme que tenían un cheque para mí, por la suma de US$ 78.00. Se trataba de un saldo en una cuenta de Navidad que abrí en el año 2013, aprovechando un plan promocional que dicha institución financiera ofreció a los empleados de la compañía Dell. Al responder a la llamada telefónica, le dije a la representante que pasaría por el banco cuando tuviera el tiempo. Fui el día 30 de julio.
Cuando llegué a la puerta del Banco Universal, el guardia de seguridad me hace la revisión, me pasa el detector, y todo bien. Cuando iba a entrar al banco, un señor que estaba adentro es decir del otro lado de la puerta de vidrio me dijo que esperara. Después de unos minutos, me informó que no podía entrar. Le pregunto por qué, y me dice: “Por el turbante” [que llevaba en la cabeza]. Le dije que esto no era una gorra como indica un letrero en la puerta, que señala algunas prohibiciones.
Seguidamente, le dije [al mismo señor] que por favor me llamara al gerente o a su jefe. Nadie vino a la puerta para atender mi requerimiento. Ante eso, marqué el número de teléfono de la representante del banco que me llamó el lunes 28 de julio y le informé que yo era Camilo Barnett, la persona que ella había llamado pidiendo que pasara por el banco, y que estaba afuera, en frente del banco, en Avenida Perú, y que no me dejaban entrar. La representante me dijo que me esperara, que ella iba a llamar para ver qué pasaba.
La volví a llamar, después de unos minutos, y me informa que dicen que tengo una gorra puesta, y por eso no me permiten la entrada.
Por coincidencia, vi un camión del Canal 13, al otro lado de la calle, crucé y le dije a la persona que estaba parada al Volví a cruzar la calle, dirigiéndome al banco. En eso, mi teléfono comenzó a sonar. Resulta que era la misma muchacha del banco. Su teléfono es 237-6197. Contesté diciéndole que me estaban haciendo pasar una pena grandísima, y que yo había acudido al banco en virtud de la llamada que recibí.
Por coincidencia, vi un camión del Canal 13, al otro lado de la calle, crucé y le dije a la persona que estaba parada al Volví a cruzar la calle, dirigiéndome al banco. En eso, mi teléfono comenzó a sonar. Resulta que era la misma muchacha del banco. Su teléfono es 237-6197. Contesté diciéndole que me estaban haciendo pasar una pena grandísima, y que yo había acudido al banco en virtud de la llamada que recibí.
Allí, en ese momento, además del bochorno que ya estaba pasando, ocurrió lo que yo menos esperaba; lo más insólito. La empleada del Banco Universal me preguntó si yo podía darle un número de cuenta de otro banco con el cual yo tenga una cuenta, para transferirme los fondos, ya que no iba a poder entrar. Eso fue el colmo de los insultos. Me sentí menos que un ser humano.
Caminé hacia la puerta del banco para tomarme una foto como evidencia para hacer la denuncia de este caso. Cuando iba tomarme la foto, el señor que estaba parado detrás de la puerta de vidrio comenzó a hacerle señas al guardia de seguridad para que sacara su arma y me intimidara para que no me tomara la foto. El guardia de seguridad le respondió que no podía hacer eso, porque yo no estaba haciendo nada, y que él [el guardia] no fue contratado para eso y, además, el banco no estaba en peligro de atraco.
El Banco Universal es el primer banco en Panamá donde me pasa esto que acabo de relatar. Me siento muy indignado pero a la vez confundido, ya que no soy un delincuente, y todo indica que me están discriminando por mi apariencia; por portar un turbante que cubre mis largas trenzas (dreads). Me discriminan por Negro, aunque seguro que lo negarán, igual que lo negarán todos los que en este país niegan que hay racismo.
Soy un profesional de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), con un número importante de personas bajo mi supervisión. Precisamente, mi labor cotidiana es la prevención del delito. El Banco Universal me ha tratado como un delincuente. Yo no soy un delincuente por el simple hecho de ser diferente.
Cuando el Banco Universal le ofreció la promoción a los empleados de DELL, para que los interesados abriéramos la Cuenta de Navidad, yo tenía mi turbante en la cabeza. Ahora, ellos me niegan la entrada al banco.
A Panamá, para ser un “país del primer mundo”, como algunos quieren pintarlo, le falta mucho en cuanto al respeto de los derechos humanos. La discriminación racial existe en este país, aunque algunos lo nieguen, y a eso hay que ponerle punto. ¡NO AL RACISMO EN PANAMÁ!
Publicar un comentario
Los comentarios publicados en este sitio son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Fragata Cultural queda en total libertad de eliminar mensajes que contengan frases discriminatorias o que atenten contra la moral y las buenas costumbres.