Orquesta Sinfónica de Minería (Fotos: CONACULTA). |
- La Orquesta Sinfónica de Minería ofreció un concierto con una selección de algunos de los más famosos títulos de la meca de los musicales
Una tarde emotiva, plena de “música gozosa y ligera”, según la definió el director José Areán, fue ofrecida este domingo 12 de enero por la Orquesta Sinfónica de Minería en el Auditorio Nacional.
La agrupación de origen universitario, con José Areán en la batuta, obsequió durante cerca de hora y media un alegre concierto en homenaje a Broadway, la meca de los musicales.
El programa estuvo conformado por una selección de algunos de los títulos más exitosos y taquilleros de ese género: Los miserables, My Fair Lady, El Rey León, Rapsodia en azul y West Side Story.
La sesión comenzó con una suite de Los miserables, obra basada en la novela homónima de Víctor Hugo y cuya música fue escrita por Claude-Michel Schönberg.
Desde ese momento, el público, que llenó en tres cuartas partes el recinto de Paseo de Reforma, se entregó de manera incondicional a la Sinfónica de Minería.
En particular destacaron las secciones de cuerdas, alientos metales y percusiones, debido a su sincronía, vigor y transparencia durante las interpretaciones.
Fue evidente la fruición con la que los músicos de la agrupación dieron cuenta de este singular repertorio, un tanto diferente al que regularmente interpretan ésta y otras sinfónicas. Así lo mostraron las frecuentes sonrisas en sus rostros a lo largo del concierto.
Incluso, el director José Areán, antes de comenzar el programa, tomó el micrófono y aclaró que éste era un concierto poco habitual, integrado por música popular, “que busca ofrecer un momento de gozo y ligereza a través de música agradable”.
Con la interpretación de My Fair Lady, la Orquesta Sinfónica de Minería retrocedió en el tiempo, pues esta comedia musical fue estrenada en 1956. En ella se narra la historia de una florista callejera londinense que es objeto de una apuesta entre dos profesores para pasar por una dama de alta sociedad.
El momento climático llegó con la Rapsodia en azul, de George Gershwin, que si bien no es propiamente un musical ha sido banda sonora de diversas producciones teatrales y fílmicas. En su ejecución, actuó como solista el pianista Mauricio Náder.
Para el director de orquesta, este compositor dejó una marca en el jazz estadounidense con una música que va de lo brillante a lo romántico y cuyos sonidos evocan a la ciudad de Nueva York.
Antes de dar paso a la penúltima obra de la velada, correspondiente a un popurrí del musical El Rey León, ocurrió un accidente que suscitó el azoro y exclamaciones de lamento por parte del público.
Y es que en su afán de mover hacia atrás del escenario el piano usado por Náder, un grupo de tramoyistas terminó por zafarle una de las patas al instrumento y éste se precipitó hacia el piso.
El concierto concluyó con la versión orquestal de las danzas sinfónicas que Leonard Bernstein hizo de la partitura para el musical West Side Story, una versión moderna de Romeo y Julieta, que difiere de la de Shakespeare por abrir la posibilidad de que los amantes puedan consumar felizmente su amor.
Ante las prolongadas ovaciones del público, la Orquesta Sinfónica de Minería entregó como encore el Huapango de José Pablo Moncayo, cuyas primeras notas al ser reconocidas por la audiencia arrancaron estridentes aplausos.
El próximo domingo 19 de enero, a las 17:00 horas, la orquesta presentará en ese mismo recinto un programa de Danzas Sinfónicas, compuesto por obras de diferentes compositores que han escrito música bailable, entre ellos Strauss, Shostakovich, Bernstein y Arturo Márquez.
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