Por: Bolívar Perigault Sánchez (*).
El apoyo
irrestricto y unánime de los diputados al Anteproyecto de Ley Que declara el 9
de enero de cada año Día de la Soberanía Nacional, subroga la Ley 13 de 30 de
enero de 1967, y modifica el artículo 46 del Código de Trabajo, fue un asunto
de dignidad y respeto a la Patria.
“En
término generales la nueva Ley: Excluye el 9 de enero de los días puentes, designa
el 9 de enero como: Día de la Soberanía Nacional y se motiva a las instituciones
públicas y medios de comunicación, para que realicen, en torno a esta fecha,
actividades que resalten las diferentes gestas patrióticas, que han forjado
nuestra identidad nacional”.
Nuestro país amado: Panamá, se lo merecía.
Desde
el inicio de la república cuando se dio la firma del nefasto Tratado Bunau
Varilla-Hay, el 18 de noviembre de 1903, mismo que comprometió la soberanía
nacional, las diferentes generaciones de panameñas y panameños comprometidos
con la idea de Patria, lucharon
incansablemente para lograr el objetivo de recuperar el Canal y, por extensión,
la dignidad, el respeto, la identidad y la soberanía nacional.
El 9 de enero de 1964, es
más que una fecha en la historia panameña. Es el inicio formal de la concreción de los ideales de una pléyade
de jóvenes institutores que con tan sólo la fuerza de la verdad y el
convencimiento de que era necesario vivir en un sólo territorio y bajo una sola
bandera, tal cual lo soñó el Doctor Octavio Méndez Pereira, se dispusieron a
enfrentar a las autoridades, otrora zoneitas, que estaban enclavadas de manera
colonial en la franja canalera e impedían enarbolar nuestro pabellón, a tiempo
de que disfrutaban de los derechos y privilegios que nos correspondían como
legítimos dueños del Canal.
El
9 de enero de 1964, significa el climáx de la lucha
generacional panameña por el rescate de su soberanía. Es la sumatoria integral
de todas las protestas nacionalistas que a lo largo de nuestro devenir
histórico recorrió los senderos retorcidos que señaló el bardo Miró en la
poesía Patria, para enderezarlos y construir un camino seguro por donde
pudieran transitar las futuras generaciones.
El
9 de enero de 1964, simboliza la unión de todas las fuerzas vivas
panameñas en la búsqueda del fortalecimiento de nuestra identidad nacional. Es
el clamor colectivo de los mártires expresado en las voces de nuestros
negociadores que lograron firmar el Tratado del 7 de septiembre de 1977 con el
cual se inicia la recuperación de nuestro más preciado bien: el Canal de Panamá
y con él, el resarcimiento de todas esas
generaciones que lucharon y murieron para heredarnos un país digno para
panameñas y panameños dignos.
El
9 de enero de 1964, significa la recuperación del crecimiento
integral de la Patria hacia sus cuatro puntos cardinales; crecimiento éste, que
se veía impedido por la presencia del enclave colonial norteamericano en
Panamá.
El
9 de enero de 1964, concretiza la erradicación de fuerzas militares
extranjeras en nuestro país, las cuales se fueron con sus Bases Militares,
Cortes, Comisariatos, Escuelas y alambradas para dar paso a una nueva
administración panameña del Canal con los más altos niveles de eficiencia,
eficacia, pertinencia y excelencia.
El
9 de enero de 1964, es más que una fecha en nuestra historia.
Representa el día en que se escribió el nombre de Panamá con letras de oro en
la historia universal. Es una fecha para reflexionar respecto al país que
teníamos y el país que hemos heredado.
El
9 de enero de 1964, significa que debemos ser agradecidos con
aquellos que ofrendaron sus vidas para beneficiar a las actuales y futuras
generaciones.
El
9 de enero de 1964, nos plantea que a la Patria no se le debe privar
de un justo reconocimiento. Esta Ley de la República, sin lugar a dudas
contribuirá para fortalecer nuestra identidad de panameñas y panameños dignos,
valientes y respetuosos de las normas establecidas.
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El autor es docente universitario.
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