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jueves, 24 de octubre de 2013

PANAMÁ: UNA LUCHA POR CONSERVAR SU IDENTIDAD.


Tuve el grato honor de participar en el foro: “Las Gestas Patrióticas y la Identidad Nacional”, que se realizó el pasado  miércoles 23 de octubre, en el auditorio de Ricaurte Soler de la Facultad de Comunicación Social  de la Universidad de Panamá.

En el mismo, los expositores, Eduardo Flores , Ana Elena Porras y Ricardo Ríos, abordaron con un alto nivel de pertinencia los temas: Las contribuciones de la Universidad de Panamá a las Gestas Patrióticas; El Instituto Nacional y sus aportes en las luchas por nuestra soberanía y La importancia de la valoración histórica para la conformación de nuestra identidad nacional.

Al respeto, expreso mis felicitaciones a la Asociación de Estudiantes de Comunicación por tan feliz iniciativa, misma que puso en evidencia los intentos de las políticas públicas del último lustro por intentar acallar y anular las voces juveniles en pro del rescate de nuestra identidad nacional.

Nuestro país no es un invento de cuatro años, muy por el contrario es la sumatoria de todas las voces interétnicas que a lo largo de generaciones lucharon por heredarnos el Panamá en que hoy vivimos, libre de injerencias militares extranjeras y con una identidad propia, producto de esa lucha generacional por el rescate de nuestra soberanía territorial, que tuvo su clímax el 9 de enero de 1964, cuando los estudiantes del siempre glorioso Instituto Nacional al de Panamá, hicieron valer nuestros derechos en la franja canalera al tiempo que granjearon para nuestro país el respeto de la comunidad internacional.

El Panamá que heredamos y en el cual vivimos todas y todos es el resultado de dicha lucha y no podemos invalidar los esfuerzos de las gestas patrióticas que a lo largo de la época republicana, realizaron esos heroicos conciudadanos que a  través del túnel del tiempo, nos invitan a investigar tales hechos históricos, mismos que identifican sucesos como el Incidente de la Tajada de Sandía, enfrentamientos, protestas, marchas estudiantiles y populares, acciones de repudio general en contra del intervencionismo norteamericano en Panamá, rechazo a los tratados lesivos a nuestra soberanía, siembra de banderas, rompimiento de relaciones diplomáticas y tantos otros hechos que simbolizan una lucha generacional integral que nos condujo a la recuperación de nuestro Canal y con él, nuestra dignidad e identidad nacional.

Lastimosamente, nuestros gobernantes en materia educativa, improvisan con personal neófito en dicha especialidad, con autoridades carentes de visión histórica y, por ende, tales carencias, les impiden ver con claridad la importancia que tiene para nuestros discentes, el conocimiento fiel de nuestro pasado. No se trata de vivir en el pasado. De lo que se trata es de comprender y asimilar que si no sabemos de dónde venimos y hacia dónde vamos, corremos el riesgo de llegar sin saber a dónde y lo que es peor, no saber cuándo llegamos porque desconocemos la meta.

Quizás es por ello que el Ministerio de Educación esté empecinado en  acallar   las voces institutoras, sobre todo en momentos en que nos avocamos a celebrar 50 años de la gesta patriótica del 9 de enero de 1964. La eliminación de la cátedra de relaciones entre Panamá y los Estados Unidos, disfrazada con otros ejes curriculares; los intentos por no abordar científicamente los sucesos históricos que, en sumatoria, consolidan nuestra nacionalidad y el irrespeto que ha sufrido la educación panameña durante los últimos años, que la ha privado de la verdadera misión y visión que debe tener un buen Ministerio de Educación, que en vez de administrar, orientar y dar ejemplo de sensatez a los discentes a nivel nacional, se toma las liviandades propias de la barbarie y la intolerancia, invadiendo militarmente, cuál hordas salvajes, un centro educativo. ¿Cuál será la agenda oculta de los  anti pensadores de esta nefasta acción? ¿Pensarán que acallando las voces juveniles institutoras o de cualquier colegio lograrán des identificar al país? ¿Puede un pueblo vivir sin historia, sin su pasado de luchas y sin aspiraciones?

Me quedo con el enfoque del institutor- porque somos aguiluchos para siempre-   Jorge Zúñiga Sánchez  cuando expresó que el glorioso Instituto Nacional  no nació para complacer gobernantes ni partidos políticos, ni para ciudadanos serviles a los poderosos.  Por el contrario, en todo momento sus profesores han sido consecuentes formando jóvenes con una profunda conciencia patriótica, y con un marcado sentido social. Es por ello que el Instituto Nacional no gradúa bachilleres sino ciudadanos comprometidos con el bienestar de la Patria.

Es bueno reflexionar frente a tales acciones que ponen en peligro nuestro sentido de pertenencia y de identidad nacional.


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