POR: BOLIVAR PERIGAULT SÁNCHEZ.
Inicio
esta entrega con un verso del poema “9 de Enero” de la laureada poetisa
Bertacilia Peralta para honrar, en doble medida, tanto a los gestores de esta significativa gesta
como a los escritores, que durante la época republicana plasmaron en sus
lienzos las verdades, las realidades,
los sueños y las esperanzas del pueblo y gobierno panameño, de recuperar nuestro
Canal y con ello, lograr la compactación de nuestro territorio. Este significativo
aporte literario, enriqueció nuestra
literatura y, por ende, consolidó nuestra identidad nacional.
El día 9 de enero de 1964 al
terminar sus clases a las 4 de la tarde unos doscientos (200) estudiantes del
Instituto Nacional, entre jóvenes varones y señoritas, se dirigieron a las
oficinas del Rector del Plantel para solicitarle la bandera panameña
perteneciente al Colegio con el fin de izarla en el asta de la Escuela Superior
de Balboa para dar así cumplimiento simbólico al Convenio existente entre ambos
Estados. Los detalles de esta gesta, abundan, en nuestra literatura histórica.
Es menester señalar, que
luego de los trágicos sucesos que se prolongaron hasta el día 12 de enero y que
ocasionaron la muerte a más de una veintena de panameños y panameñas, nuestro gobierno, en un acto sin precedentes,
rompió relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de América.
9
de enero significó para Panamá, la reacción popular
contenida por generaciones, en contra de los abusos y atropellos que los
norteamericanos sumieron a nuestro país y a sus ciudadanos desde el oprobioso
Tratado Bunau Varilla-Hay del 18 de noviembre de 1903.
9
de enero significó para Panamá, la culminación de una etapa
de la lucha generacional en pro del rescate de nuestras facultades de soberanía interna, las cuales
habían sido mediatizadas y violentadas desde los inicios de la época
republicana; primero, mediante el
artículo 136 de la Constitución Política de 1904, que permitía el
intervencionismo norteamericano en Panamá y segundo, porque posteriormente, tal
intervencionismo se consolidó con la
creación de la fatídica “Zona del Canal”, misma que siempre representó un
enclave colonial que en el corazón de nuestro istmo.
9
de enero significó para Panamá, un alto en la conciencia nacionalista
de cada uno de los panameños y panameñas, maltratados y maltratadas en su identidad, integridad y nacionalidad
por parte de la soldadesca yankee en la Zona del Canal.
9
de enero significó para Panamá, una luz en el camino de la
libertad y una ruptura de los eslabones de opresión económica, salarial,
social, comercial, demográfica,
jurídica, emocional y educativa, que fueron establecidos en favor de los
norteamericanos y en detrimento de nuestro pueblo.
9
de enero significó para Panamá, decir un alto al “gold
roll” y al “silver roll”; un alto a la discriminación y un alto a la violación
de los derechos humanos.
9
de enero significó para Panamá, el inició de unas
negociaciones justas y equitativas, que nos condujeron a la Firma y
Ratificación del Tratado del Canal de Panamá del 7 de septiembre de 1977, mejor
conocido como “Torrijos-Carter”
9
de enero significa para Panamá, un recuerdo triste pero
memorable, ya que la heroicidad de esos valientes estudiantes institutores que
levantaron el estandarte de la dignidad panameña, escribió en letras de oro el
nombre soberano de la Patria.
9
de enero significó para Panamá, que hoy administramos
nuestro Canal con los más altos niveles de eficiencia, eficacia, excelencia y
pertinencia y que la reversión de todo ese patrimonio a manos panameñas ha
logrado satisfacer el sueño de tantas generaciones a lo largo de la
historiografía canalera.
9
de enero significa para Panamá, que hoy por hoy, reflexionemos
con respecto al país que queremos. Ya el Canal es nuestro e incluso, muchas de
las personas que allí laboran ignoran, tal vez, la lucha generacional panameña
que los habilitó para trabajar allí con dignidad. Nuestros gobiernos deben
administrar dicho bien en beneficio de la sociedad organizada, a fin de que
parte de sus ganancias reviertan, directamente a los Programas de salud,
vivienda, educación y jubilados. Es hora ya, de que se pondere esta fecha en su
justa dimensión, para lo cual, de manera permanente, entre otras cosas, debe crearse el “Parque Histórico de la Nacionalidad”. Allí
podrán recrearse los diferentes sucesos históricos que engrandecieron nuestra
historia y la lucha generacional
panameña por el rescate de lo nuestro ( El Incidente de la Tajada de Sandía, el
Ferrocarril de Panamá, La Guerra de Coto, El Movimiento Inquilinario, La Firma
de los diferentes Tratados del Canal, el 9 de enero, La Reversión, etc.). Pienso
que Panamá se lo merece. Si bien hay tierras para que disfruten y vivan
personas que incluso se oponían a esta luchas, es menester que se utilicen
algunas hectáreas para dar testimonio permanente de tales sucesos. Así también
se haría docencia.
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